Víctimas del terrorismo etarra

En la imagen, la autora Leyre Risco

Leyre Risco, autora del ensayo, es graduada en Historia. Ha presentado recientemente el Trabajo de Fin de Grado sobre ETA, banda terrorista que asesinó a más de 800 personas en los casi 60 años en los que permaneció activa. A día de hoy, multitud de esos crímenes continúan sin resolverse y sólo algunos ex-integrantes han cumplido condena o pedido disculpas públicamente.

Este TFG sobre “EL TERRORISMO ETARRA Y LA PROVINCIA DE LEÓN”, fue presentado por Leyre Risco en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León, tutorizado por el profesor José Javier Rodríguez González. En él, la autora estudia los atentados cometidos por ETA en la mencionada provincia, así como las víctimas leonesas en otros puntos de España.

Mural de víctimas leonesas de la banda terrorista ETA en todo el territorio nacional

Resumen

La banda terrorista ETA asesinó a más de 800 personas en los casi 60 años en los que permaneció activa. La lucha por los principios ideológicos en los que se basó en un inicio se vio desdibujada progresivamente con el viraje hacia la violencia indiscriminada, especialmente tras su división en dos vertientes antes de “los años de plomo”. La negociación política consiguió la disolución definitiva del grupo terrorista en 2018, aunque multitud de casos continúan sin resolver y sólo algunos ex-integrantes han cumplido condena o pedido disculpas públicamente.

A pesar de que la mayoría de las víctimas eran naturales del País Vasco, 30 de los asesinados por ETA eran procedentes de la provincia de León, como José Rodríguez de Lama, cuyo hijo ofrece su testimonio. Además, en León se perpetraron varios atentados, por lo que, en definitiva, las consecuencias de la actividad de ETA trascendieron las fronteras de Euskadi.

Abstract

The terrorist group ETA murdered more than 800 people in the almost 60 years it was active. The fight for the ideological principles on which it was based at the beginning was progressively blurred with the turn towards indiscriminate violence, especially after it split into two groups before «the years of lead». Political negotiation led to the final dissolution of the terrorist group in 2018, although a multitude of cases remain unresolved and only a few former members have served time or publicly apologised.

Although most of the victims were from the Basque Country, 30 of those killed by ETA were from the province of León, such as José Rodríguez de Lama, whose son offers his testimony. Moreover, several attacks were carried out in León, so that the consequences of ETA’s activity went beyond the borders of the Basque Country.

Palabras clave

Terrorismo, País Vasco, ETA, León, atentados.

SIGLAS Y ABREVIATURAS

AVT – Asociación Víctimas del Terrorismo

COVITE – Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco ETA – Euskadi Ta Askatasuna

FRAVa – Frente Revolucionario Antifascista Vasco-aragonés GAL – Grupos Antiterroristas de Liberación

GAR – Grupo Antiterrorista Rural, luego Grupo de Acción Rápida GRAPO – Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre KAS – Koordinadora Abertzale Sozialista

PNV – Partido Nacionalista Vasco

PSOE – Partido Socialista Obrero Español UCD – Unión de Centro Democrático

INTRODUCCIÓN

La organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) permaneció activa entre 1959 y 2018. En ese más de medio siglo sembró el miedo y la inestabilidad política por todo el país

-que atravesaba además un período especialmente convulso- afianzándose como la banda más mortífera de la historia de España.

Este estudio pretende repasar brevemente sus principios ideológicos e historia general para profundizar a continuación en las consecuencias que sus actuaciones provocaron en concreto en la provincia de León, tanto a raíz de los atentados que se produjeron en dicho territorio como mediante el listado de víctimas leonesas resultante de los que se perpetraron por el resto de la geografía española. De este modo se observará cómo las acciones de un grupo radical cuyas supuestas aspiraciones se centraban en el País Vasco (lo cual, por supuesto, tampoco legitimaba allí la violencia) terminaron afectando de manera indiscriminada e irreversible a zonas de todo el mapa estatal y a personas inocentes de toda condición ajenas por completo a los objetivos de la banda.

Cabe mencionar en lo referente al estado de la cuestión que en el transcurso de la investigación se ha observado una clara diferencia entre el volumen de recursos disponibles según hicieran referencia a la etapa inicial o final de ETA, dado que sobre la segunda la información es más escasa al tratarse de una época más reciente. Con el objetivo de ofrecer un relato histórico lo más objetivo, completo y veraz posible se ha recurrido a la combinación de tres tipos de fuentes: hemerográficas, bibliográficas y orales. Requiere especial mención la documentación disponible en el apartado Publicaciones del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Además, los recursos online han sido igualmente una valiosa herramienta para la recogida de datos.

Así, se ofrece como resultado un trabajo que pretende servir como recurso para la memoria histórica y contra el olvido de las víctimas, en especial de las procedentes de la provincia de León, con el objetivo de recuperar y contar su historia y contribuir a la dignidad de todas ellas.

METODOLOGÍA Y OBJETIVOS

La metodología empleada en este trabajo responde a la necesidad de mantener el rigor científico en una investigación histórica. Para ello se ha recurrido al contraste de fuentes con el fin de escoger y verificar la información, así como a la búsqueda de documentos variados en cuanto a su naturaleza, cronología, temática y autoría. El seguimiento de un método adecuado es especialmente necesario al tratar, como es el caso, un tema que implica víctimas mortales y el dolor de cientos de familias. El terrorismo etarra ha sido además objeto de narraciones sesgadas y continúa suponiendo hoy en día en el panorama político nacional un tema de actualidad que suscita posiciones muy diversas y a menudo da lugar a tensos enfrentamientos. De este modo se pretende que la divulgación de una historia veraz “rehumanice” a quienes fueron deshumanizados por el terrorismo1.

Así, este breve estudio busca atender al contexto político-social en el que se enmarcan los atentados para comprender el panorama general como un elemento amplio y no como una sucesión de hechos aislados. Además de la extracción de información de las fuentes también se incluyen aportaciones reflexivas que tratan de comprender los procesos con sus causas y consecuencias para la configuración de un relato coherente que trascienda la mera recopilación de datos.

Para concluir con los apuntes metodológicos cabe mencionar particularmente el capítulo 5, en el que se transcribe una entrevista oral. Ésta se estructuró en dos fases: una primera de discurso libre del entrevistado y una segunda pautada por la entrevistadora para hacer hincapié en ciertas cuestiones concretas. Los conocimientos previos como preparación para la conversación fueron indispensables y fácilmente accesibles en la obra Olvidados (Iñaki Arteta, 2006), el documental Trece entre mil (Iñaki Arteta, 2005) y entrevistas previas en prensa.

Por otra parte, los objetivos del trabajo pueden dividirse en generales y específicos. Entre los primeros se encontraría lograr un acercamiento general a la historia de la banda terrorista ETA, así como el estudio de sus consecuencias en la provincia de León. Además, recuperar ciertos episodios de terrorismo y las historias de sus víctimas como aportación a la memoria

1 Gaizka Fernández Soldevilla y María Jiménez Ramos, coord., 1980: El terrorismo contra la Transición

(Madrid: Tecnos, 2020), 64.

histórica colectiva, ofreciendo así una nueva fuente de información sobre el tema. Al fin y al cabo, en la actualidad se abren a través de la investigación, la justicia, la política y, sobre todo, la educación, nuevas posibilidades para la “reconstrucción de la convivencia”2 sobre los cimientos del conocimiento del pasado.

Entre los objetivos específicos destacarían el análisis de los principios ideológicos fundacionales de ETA o la investigación acerca de las víctimas leonesas de sus atentados y la recopilación de los cometidos en la provincia de León. Para finalizar, como se ha mencionado anteriormente, profundizar en el caso particular de una víctima para obtener un relato en primera persona de la repercusión de la actividad de la banda.

2 Entre los estudios más estrictamente actuales, la Universidad de Deusto ha publicado recientemente (2023) Memoria de las víctimas, ¿víctimas de la memoria? y El pasado que somos: acercamiento crítico a las memorias personales y colectivas, muy adecuados para profundizar en este asunto.

1.  ORÍGENES Y PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DE ETA

Tras la guerra civil española (1936-1939), los ideales franquistas encontraban especial dificultad para arraigar en el País Vasco debido a la existencia de un sector de población nacionalista que se mostraba reticente a la inclusión de Euskadi en los planes de unificación absoluta del dictador. Además, desde finales de los cincuenta se produce una llegada continuada de inmigración proveniente de otros lugares de España en busca de oportunidades laborales a raíz de la industrialización de la zona en base, principalmente, a la extracción minera. Y es que para algunos como Sabino Arana, fundador del PNV, este trasvase poblacional suponía una auténtica invasión del territorio vasco por parte de unos recién llegados, los “maketos”, que nada tenían que ver con los “vascos auténticos”. Este fenómeno demográfico hizo retroceder el uso del euskera, ya amenazado por la represión del régimen, que concebía la diversidad cultural y lingüística en España como una amenaza a la unidad de la patria. Así, quienes siguieron utilizando la lengua vasca la convirtieron “en un símbolo político de resistencia”3.

En la inmediata posguerra las reivindicaciones nacionalistas se habían mantenido reprimidas en la clandestinidad, pero a partir de los cincuenta parte de la juventud estudiantil del País Vasco, decepcionada por la falta de actuación de sus mayores, da un paso al frente y comienza a exigir la reacción del PNV en el exilio ante los abusos de la dictadura. Estos jóvenes eran muy niños cuando tuvo lugar la guerra civil, por lo que sus posturas eran en parte fruto de una ruptura generacional con los antiguos dirigentes nacionalistas, cuya insuficiente respuesta al nuevo panorama provocó la fundación por parte de dichos estudiantes de la organización EKIN en 1952 en Bilbao4 con la intención de reivindicar y proteger la lengua y cultura vascas. “En este segundo franquismo, las lenguas se desatan y se expresan las divergencias”5.

A pesar de que en 1956 los miembros de EKIN se integraron en EGI, la rama juvenil del PNV6, pronto las diferencias entre ambos grupos se hicieron evidentes y provocaron la creación de uno nuevo al margen: Euskadi Ta Askatasuna (ETA) en 1959, literalmente “País

3 José Luis de la Granja Sainz, El nacionalismo vasco: claves de su historia (Madrid: Anaya, 2009), 84.

4 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 85.

5 Sophie Baby, El mito de la transición pacífica. Violencia y política en España (1975-1982) (Madrid: Akal, 2012), 23.

6 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 86.

Vasco y libertad”. En su origen, la organización se configuró como defensora de la democracia y de la independencia de Euskadi, que, recuperando las ideas de Sabino Arana, “había sido conquistada y ocupada por España”7.

Así, en la década de los sesenta se sientan las bases teóricas mediante declaraciones y asambleas en las que se definieron como revolucionarios de un movimiento de liberación nacional al modo de las guerrillas hispanoamericanas, justificando ya el recurso a la violencia en caso de necesidad para alcanzar sus objetivos. ETA se inspiró en doctrinas diversas, desde el nacionalismo católico aranista hasta el antiliberalismo, pasando por las revoluciones china y cubana8. Lo cierto es que la banda agrupó a jóvenes con aspiraciones dispares, rebotados de otros procesos que se decían también revolucionarios o radicales en busca de un papel protagonista. La heterogeneidad era tal que algunos ni siquiera tenían raíces vascas ni conocían el idioma. Todo ello, sumado al progresivo viraje hacia el socialismo, provocó multitud de escisiones y tensiones internas en estos primeros años9.

Los adeptos comenzaban su formación desde la adolescencia, produciéndose el adoctrinamiento temprano de integrantes realmente jóvenes, fácilmente manipulables por líderes autoritarios a los que veían como modelos revolucionarios con una misión salvífica. Las bases teóricas de ETA giraban en torno a la defensa de las libertades individuales y la condena de sistemas de opresión como el racismo y el capitalismo, así como de los elementos culturales ajenos al País Vasco que “mancillaban la cultura pura pirenaica” y contribuían a lo que llegó a denominarse “genocidio español”10 en el Libro Blanco de ETA de 1960.

Por encima de todo se defendieron la unidad y legitimidad del territorio de Euskal Herria (observar Fig. 1 en el anexo), supuestamente asumido a modo de colonia por el Estado español y compuesto por la parte sur -en euskera Hegoalde, integrada por Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Navarra- y la parte norte, perteneciente a Francia -en euskera Iparralde, compuesta por Labort, la Baja Navarra y Sola-. Una vez recuperadas y unificadas dichas zonas cabía la posibilidad de la inclusión en una Europa federalista siempre que ésta aceptara y protegiera las diferentes identidades de sus pueblos.

7 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 86.

8 Juan Avilés, El terrorismo en España: de ETA al Al Qaeda (Madrid: Arco Libros, 2010), 15.

9 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 87.

10 Avilés, El terrorismo en España…, 17.

Por otra parte, ETA actuó como una especie de religión alternativa cambiando a Dios por la patria, pero mantuvo relaciones complejas y cambiantes con la Iglesia. Gran parte del clero vasco era nacionalista y parece ser que la institución tuvo un papel importante en la conformación de esa izquierda radical a través de “complicidades y ambigüedades” por las que los obispos vascos llegaron a pedir perdón públicamente tras la disolución definitiva de la banda en 2018, incitando a la reconciliación y la paz. En palabras de Juan Mari Uriarte, obispo de San Sebastián entre el año 2000 y el 2009: “la Iglesia nunca estuvo del lado de ETA”11, pero debió situarse mucho antes al lado de las víctimas12.

Muchos creyeron erróneamente en la década inicial de ETA que ésta surgía casi exclusivamente en oposición al franquismo, por lo que su razón de ser desaparecería una vez lo hiciera la dictadura. Sin embargo, tras la muerte de Franco los atentados no sólo continúan, sino que aumentan en número exponencialmente -más del 90% de los atentados sucedieron en democracia13-. Entre 1978 y 1980 ETA asesinó a 239 personas, lo que demostró que el enemigo de ETA “no era sólo la dictadura, sino también España”14. La Transición fue, a pesar de los logros políticos, un escenario propicio para el auge de la violencia. Según Adolfo Suárez, la estabilidad de una democracia quedaba reflejada en una pacífica convivencia15, y lo cierto es que nadie estaba preparado para hacer frente a una organización terrorista.

La visión idealizada del período entre la muerte de Franco y la implantación de una democracia plena en España dio lugar al mito de la “inmaculada transición”16 o la “transición pacífica”, existiendo en la historiografía tradicional “una tendencia a minimizar las sombras del proceso (…), entre ellas el terrorismo, mientras se exageraban las bondades de los pactos entre las élites”17. Sin embargo, aunque la contestación etarra a la democratización fue una de las muestras de que el acceso a las urnas no erradicaba la violencia política, debe quedar claro que ésta no fue “producto de la Transición democrática, sino de quienes se oponían a ella”18.

11 ETA: el final del silencio, dirigido por Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas, octubre de 2019, https://www.movistarplus.es/documentales/eta-el-final-del-silencio/ficha?tipo=E&id=1725200&origin=GGL.

12 Mikel Segovia, “Uriarte:《Debimos haber sido los primeros con las víctimas》”, El independiente, 14 de marzo de 2019,

https://www.elindependiente.com/espana/2019/03/14/uriarte-debimos-haber-sido-los-primeros-victimas/.

13 No me llame Ternera, dirigido por Jordi Évole y Màrius Sánchez, septiembre de 2023, https://www.netflix.com/title/81680910.

14 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 100.

15 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: El terrorismo…, 64.

16     José     Vidal-Beneyto,       “La      inmaculada     transición”,     El      País,      6     de     noviembre     de     1995, https://elpais.com/diario/1995/11/06/opinion/815612407_850215.html.

17 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 34.

18 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 35.

En 1974 ETA se dividió en dos corrientes, a raíz sobre todo de las diferencias internas que suscitó la matanza de la cafetería Rolando en Madrid: la rama político-militar, integrada por quienes defendían la supeditación de los atentados a los fines políticos, y la vertiente militar, que abogaba por una lucha armada independiente de otros objetivos19. Mientras que ETA Político-Militar, activa hasta 1982, se vinculó al grupo político Euskadiko Ezkerra, ETA Militar se relacionaría con Herri Batasuna20, coalición independentista surgida a partir de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS), que organizaba las bandas etarras.

En 1979 se aprobó el estatuto de autonomía vasco, conocido como Estatuto de Guernica, por la “vía rápida” o artículo 151 gracias a las negociaciones entre Adolfo Suárez y el presidente del Consejo General Vasco, Carlos Garaikoetxea21. Además, se establecieron amplias concesiones como la amnistía de 1977, que benefició a numerosos presos de ETA, o la legalización de la ikurriña, a pesar de la oposición conservadora. Sin embargo, nada de esto sirvió para calmar los ánimos de la banda terrorista o reducir su actividad violenta.

Imagen de víctimas de ETA

Aunque para la disolución de ETA habría que esperar hasta 2018, lo cierto es que, pasado el tardofranquismo, la banda entró en una etapa de “penuria ideológica”22 dado que los debates teóricos se agotaron y su actividad se limitó a la utilización del chantaje y el miedo. En realidad, para conocer los principios doctrinales fundamentales de ETA bastaría con repasar su década inicial.

19 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 91.

20 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 100.

21 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 101.

22 De la Granja Sainz, El nacionalismo vasco…, 117.

2.  1959-2018, BREVE SÍNTESIS DEL TERRORISMO ETARRA

El grupo terrorista Euskadi Ta Askatasuna asesinó a más de 850 personas entre 1968 y 201023. A pesar de que sus integrantes decían defender al pueblo vasco de la supuesta ocupación española, en realidad su actividad obedecía a la búsqueda de una respuesta estatal desmesurada para justificar los atentados. De este modo se originó lo que Gaizka Fernández Soldevilla denominó una “espiral de acción-reacción-acción” que escondía el objetivo de sustituir la dictadura franquista por la de ETA24.

Dicho esto debe señalarse que las torturas y la violencia desmedida por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hacia integrantes de la banda fueron un hecho. Aun así, nunca sucedieron de manera sistemática, ni siquiera al inicio de la Transición, cuando se produjeron la mayoría de los casos. Además, el nuevo Estado ni siquiera existía plenamente, hallándose aún en construcción. El uso excesivo de la fuerza contra presuntos terroristas, mediante la cual los “agentes de gatillo fácil”25 también atentaban contra la democracia, se encontraba a partir de la década de los ochenta en clara recesión26. Así, la utilización de los abusos policiales como causa de los muertos provocados por ETA no se sostiene si se acude a las estadísticas referentes a las víctimas de uno y otro grupo, dado que evolucionaban de forma radicalmente opuesta.

A pesar de ello, ETA supo explotar dicho argumento mediante la propaganda de las “víctimas simétricas” y la configuración de un relato adulterado27 contribuyendo a perpetuar mitos que calaron con fuerza en parte de la sociedad vasca. Y es que precisamente lograr el apoyo de ésta a la causa etarra era el objetivo último de la invención de esa narrativa, puesto que así la violencia podría presentarse como respuesta a una demanda social. La estrategia llegó a dar sus frutos, como evidenció por ejemplo la conversión de los terroristas fallecidos en auténticos mártires de la supuesta represión del Estado, así como la escenificación de sus funerales como multitudinarios homenajes28.

23 La cifra exacta varía según la fuente, pero siempre por encima de los 830 muertos. El COVITE la sitúa en 856, accesible en Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, https://www.memorialvt.com/centro-documental/.

24 Gaizka Fernández Soldevilla, “Se ha reescrito un crimen”, El mundo, 9 de abril de 2024.

25 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 35.

26 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 29.

27 Fernández Soldevilla, “Se ha reescrito…”.

28 Pablo Ojer, “Aurreskus, bengalas y Eusko Gudariak: así homenajea la disidencia abertzale a los etarras”, El debate, 19 de septiembre de 2022,

https://www.eldebate.com/espana/20220919/aurreskus-bengalas-eusko-gudariak-asi-homenajea-disidencia-abert zale-etarras_61026.html.

La Transición representa un período realmente convulso en la política española, pero ETA no fue la única organización terrorista que contribuyó a la inestabilidad y el miedo, dado que surgieron otros grupos (GAR, FRAVa y especialmente los GRAPO) dentro de la izquierda radical. Sus miembros se oponían al proceso democratizador por, supuestamente, “perpetuar un régimen salido de la dictadura”29 y defendían la revolución como la única vía hacia el verdadero progreso. Sin embargo, la violencia también fue empleada por grupos de extrema derecha que abogaban, en definitiva, por un nuevo franquismo sin Franco. Grupos como el Batallón Vasco-Español o los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) protagonizaron la llamada Guerra Sucia30 contra ETA, acrecentando la tensión general. Es difícil conocer el número de víctimas ocasionadas por estos grupos porque las investigaciones han encontrado tradicionalmente obstáculos que alimentan las sospechas sobre el grado de colaboración de algunos miembros de las fuerzas de seguridad en dichas organizaciones.

A pesar de esta atomización de la actividad violenta en España, la generalización o “socialización del miedo” que se produjo en concreto en el País Vasco no tiene parangón. Moisés Pérez, jefe superior de la policía de Euskadi, declaró que allí “la violencia era como el chirimiri”31, se había convertido en algo totalmente habitual. Era tal la frecuencia con la que se producían atentados, especialmente en la década de los ochenta, que la población vasca se acostumbró a vivir con temor. De hecho, fueron denominados “los años de plomo”32, término surgido en Italia, donde se vivía también una época dura respecto al terrorismo33.

“El miedo es un arma estratégica letal”34 y ETA era perfectamente consciente de ello. Así, el grupo lo utilizó para la desestabilización del régimen como uno de sus principales recursos junto a la cosificación de los opositores -concebidos como meros obstáculos para el logro de sus fines- y la ley del silencio35, que surgía como actitud preventiva por parte de la sociedad contra las represalias que ocasionaba expresar desacuerdo con alguna de las imposiciones de la banda. Una de ellas fue, desde principios de los setenta, el pago obligatorio del “impuesto

29 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 145.

30 Sophie Baby afirma en la citada obra El mito de la transición pacífica que no se debe olvidar la violencia antiterrorista de la extrema derecha en dicho período y que ésta tampoco se limitó a actuar sólo en el País Vasco. Según la autora, las fuerzas estatales eliminaron a aproximadamente 180 personas durante la Transición.

31 ETA: el final del silencio, dirigido por Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas.

32 Una de las obras más interesantes acerca de esta cuestión es 1980: El terrorismo contra la Transición, dentro, como no, de las publicaciones recogidas en el sitio web del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

33 Fernández Soldevilla y Jiménez Ramos, 1980: el terrorismo…, 38.

34 Florencio Domínguez, La estrategia del miedo: ETA y la espiral del silencio en el País Vasco (Vitoria: MIC, 2017), 9.

35 Domínguez, La estrategia del miedo…, 10.

revolucionario”, con el que ETA se hacía mediante la extorsión sistemática a mano armada36

-nunca mejor dicho- a miles de empresarios. Tal era el ambiente de temor y tan constante la amenaza que en el País Vasco y Navarra se llegó a sufrir el llamado Síndrome del Norte, “que originó trastornos mentales y un número desconocido de suicidios”37. La mayoría de los que lo padecieron eran miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no se sentían suficientemente preparados o protegidos contra el terrorismo. Además, eran testigos de los asesinatos de sus compañeros prácticamente a diario en una época en la que “caían como conejos”38.

La seguridad tampoco estaba garantizada dentro de la propia banda, que se regía, al fin y al cabo, por un autoritarismo de carácter sectario. De ETA era mucho más difícil salir que entrar, y el ejemplo paradigmático de ello fue el asesinato de Dolores González Catarain, “Yoyes”39, exdirigente de la organización terrorista y posteriormente desligada de la misma, el 10 de septiembre de 198640. Los máximos líderes ejercían una presión absoluta sobre el resto de integrantes y planificaban a voluntad los atentados decidiendo sobre las vidas de otros.

En marzo de 1980 se celebraban las primeras elecciones al parlamento vasco y los atentados continuaban con su objetivo de desestabilización41. En este contexto, Juan José Rosón fue nombrado Ministro del Interior y supuso un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo. A este inicio del fin de ETA contribuyó sin duda la generalización de la violencia indiscriminada a la que había llegado la banda, sobrepasando los filtros iniciales que restringían los objetivos a las autoridades o Fuerzas de Seguridad. Se hacen habituales entonces las muertes de civiles desde la impasibilidad del grupo criminal, que llega al extremo de matar niños en varias ocasiones.

El máximo grado de tensión y violencia continuó reinando durante los ochenta y, de hecho, en 1984 tuvo lugar el que muchos consideran que fue “el gran éxito de ETA”: la paralización

36 Gaizka Fernández Soldevilla, “A mano armada: los inicios de la extorsión y la violencia de ETA contra el sector empresarial, 1958-1977”, Sancho el sabio: Revista de cultura e investigación vasca, nº39 (2016), 135, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5748523.

37 Fernández Soldevilla, 1980: el terrorismo…, 29.

38 Palabras de María del Carmen Villar, viuda de guardia civil asesinado por ETA, en Trece entre mil, dirigido por Iñaki Arteta.

39 Una de las fuentes más recomendables para conocer los detalles de su vida y muerte es la película Yoyes

(2000), dirigida por Helena Taberna.

https://www.primevideo.com/-/es/detail/Yoyes/0LCTQLO5WNOXJ3VCF2SCI9CK6F.

40 Ángela Bermúdez e Izaskun Sáez de la Fuente, El pasado que somos: acercamiento crítico a las memorias personales y colectivas (Madrid: Catarata, 2023), 40.

41 Andrés Cassinello Pérez, La huella que deja el tiempo al pasar (memorias de tiempos difíciles) (Madrid: UNED, 2022), 56.

de la central nuclear de Lemóniz. Aunque no todos aceptan la veracidad de esta relación directa de causa-efecto, es innegable que los atentados de la banda influyeron en el cese de la nuclearización de la costa del País Vasco. Una vez más, ETA se apropió de unos ideales para justificar su actividad criminal, supuestamente evitando como ente salvador un posible accidente nuclear. En realidad, solamente aseguraba una tragedia inmediata en sustitución de una hipotética tragedia futura42.

De este modo, el grupo terrorista continuó inmiscuyéndose en asuntos de toda clase tratando de presentarse como representación y solución de las demandas sociales. Uno de los más graves desafíos a los que se enfrentaba el País Vasco era el auge del narcotráfico y el consumo de drogas43. ETA aprovechó la coyuntura y acusó al Estado español de desatender dicho problema, cuando el motivo principal de esa falta de actuación estatal se debía precisamente a la necesidad de destinar los recursos disponibles a la lucha contra el terrorismo vasco radical.

A pesar de que resulta imposible detenerse en cada uno de los atentados, sí cabe mencionar el más mortífero: el atentado de Hipercor en Barcelona el 19 de junio de 1987, que dejó 21 muertos, entre ellos cuatro niños44. Uno de los implicados en la masacre, el ex miembro de la banda conocido como Josu Ternera, continúa a día de hoy achacando aquellas víctimas a la desprotección de un Estado que “no cumplió su función”45, dado que no gestionó a tiempo el desalojo de las instalaciones.

Los sucesos comentados permiten comprobar que el grado de autocrítica y arrepentimiento no está ni estaba ni mucho menos generalizado entre los integrantes de ETA que, sin embargo, sí comenzaban a comprender que los medios empleados no estaban dando los resultados esperados. Por ello, los atentados empezaron a disminuir en cantidad, aunque aumentando su espectacularidad46, y progresivamente surgían tímidas vías de negociación para el cese de la violencia. A pesar de ello se debe tener en cuenta que la evolución no se

42 Raúl López Romo, “Tiñendo la patria de verde y violeta: la relación del nacionalismo vasco radical con los movimientos antinuclear y feminista en la Transición”, en Ayeres en discusión: temas clave de Historia Contemporánea hoy, coord. por María Encarna Nicolás Marín y Carmen González Martínez (Murcia: Universidad de Murcia, 2008), 124-149.

43 Sobre este tema ha sido especialmente interesante la lectura de ETA y la conspiración de la heroína, de Pablo García Varela, que muestra la importancia de la correcta visión de las estrategias falseadas de la banda.

44 En relación a las víctimas infantiles de ETA se recomienda consultar “Los menores de edad víctimas mortales de ETA”, Pasado y memoria, nº24 (2022), 322-341, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8255431. 45 No me llame Ternera, dirigido por Jordi Évole y Màrius Sánchez.

46 Luis Rodríguez Aizpeolea, Los entresijos del final de ETA: Un intento de recuperar una historia manipulada

(Madrid: Los Libros de La Catarata, 2020), 151.

debió a una reflexión moral, sino a puro pragmatismo. Sencillamente, ETA observó que la violencia terrorista era inútil47.

A finales de los años ochenta comenzó a gestarse el llamado pacto de Ajuria Enea, que reunía a todos los partidos políticos -excepto Herri Batasuna- contra el terrorismo y la guerra sucia

-ya concluida- y rechazaba contundentemente las concesiones a la banda. Para presenciar el cese definitivo de la violencia armada de ETA habría que esperar hasta 2011, y a 2018 para la disolución de la organización48. En estos años cesaba también el movimiento pacifista Gesto por la Paz bajo el lema “lortu dugu”, “lo conseguimos”49.

A día de hoy, 379 asesinatos de ETA continúan sin resolver50. Ya en el momento en el que se produjeron se revelaron evidentes las limitaciones de un sistema policial, estatal y judicial que cometió graves errores51 al verse completamente sobrepasado por un desafío para el que no estaba preparado. La Fundación Víctimas del Terrorismo comenzó en 2010 una investigación sobre estos cientos de crímenes que habían quedado impunes iniciando un movimiento de denuncia y favoreciendo las iniciativas de otros colectivos afines contra la inacción en la condena del terrorismo etarra. Los motivos52 son diversos -amnistía de 1977, falta de recursos en el aparato judicial, insuficiente colaboración internacional, miedo al enfrentamiento perpetuo…-, pero lo cierto es que demasiadas familias continúan a día de hoy sin respuesta.

Para terminar esta brevísima aproximación a la historia de ETA, resulta interesante comprobar las diferentes formas de sobreponerse a la pérdida. Mientras unos no perdonarán jamás, otros llegaron a participar en encuentros restaurativos con terroristas arrepentidos -“los mayores deslegitimadores del uso de la violencia”53– a través de lo que se conoció como Vía Nanclares. Lo que está claro es que las consecuencias del terrorismo afectaron negativamente, en mayor o menor grado, a todos los españoles, y que el recuerdo de las víctimas y la memoria histórica deben servir para no repetir los errores del pasado.

47 Fernández Soldevilla, 1980: el terrorismo…, 43.

48 Mikel Ormazabal y Luis Rodríguez Aizpeolea, “ETA anuncia su disolución”, El País, 4 de mayo de 2018, https://elpais.com/politica/2018/05/03/actualidad/1525336524_523980.html.

49 Galo Bilbao Alberdi e Izaskun Sáez de la Fuente Aldama, Memorias de las víctimas, ¿víctimas de la memoria? (Madrid: Catarata, 2023), 40.

50 Boletín Oficial de las Cortes Generales, XV legislatura, 29-1, 8 de noviembre de 2023.

51 Fernández Soldevilla, 1980: el terrorismo…, 30.

52 Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, La justicia pendiente: asesinatos de ETA no esclarecidos

(Vitoria: MIC, 2021), 30.

53 ETA: el final del silencio, dirigido por Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas.

3.  VÍCTIMAS LEONESAS DE ETA FUERA DE LEÓN

El olvido de quienes pagaron con su vida el terrorismo etarra es la amenaza contra la que luchan las familias de todos ellos a diario. Fuera del País Vasco, el peligro de la amnesia generalizada hacia las víctimas es aún mayor. Pese a que las aspiraciones fundacionales de la banda se limitaban a cuestiones referentes al supuesto territorio de Euskal Herria, lo cierto es que las consecuencias de sus medios violentos terminaron afectando a personas originarias de lugares diversos de manera indistinta. Castilla y León fue la segunda comunidad autónoma más afectada en términos cuantitativos respecto al número de víctimas mortales (16’1% del total de fallecidos), sólo por detrás del País Vasco (20’77%)54. Este capítulo pretende centrarse concretamente en los leoneses asesinados a manos de ETA, no sin antes agradecer la predisposición y labor del profesor y escritor Ricardo Magaz, cuya investigación en la materia55 ha sido la fuente principal de este epígrafe.

En el anexo (Fig.2) puede consultarse un mapa en el que se han señalado los lugares de origen de los fallecidos leoneses, inspirado en el “mapa del terror” realizado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (COVITE) y accesible en su página web. Los muertos a causa del terrorismo etarra nacidos en la provincia de León ascienden a treinta y se mencionan a continuación por orden cronológico según la fecha de los atentados.

El primer leonés víctima de ETA fue Manuel Llanos Gancedo, nacido en Villablino, camarero de profesión y asesinado en el conocido atentado múltiple de la cafetería Rolando de Madrid el 13 de septiembre de 1974. En el documental Trece entre mil, su hermano narra cómo, en los momentos de angustia en los que trataban de encontrarlo entre los supervivientes, las esperanzas se desvanecieron de golpe cuando relacionaron uno de los cadáveres con un tal “Manolín”. Al describir cómo afectó la desgracia a la familia insiste en la impotencia que aún causa el permanente “¿por qué?” que desde aquel día ronda su mente al recordar esa injusticia56.

54 S.a., “La huella que el terror de ETA dejó en Castilla y León”, ABC, 20 de octubre de 2021, https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-huella-terror-dejo-castilla-y-leon-202110200806_noticia.html.

55 Ricardo Magaz, “Treinta y una víctimas leonesas asesinadas por ETA”, Leonoticias, 20 de octubre de 2021, https://www.leonoticias.com/leon/asesinados-leoneses-eta-20211020085943-nt.html.

56 Trece entre mil, dirigido por Iñaki Arteta, noviembre de 2005, https://play.google.com/store/movies/details/Trece_Entre_Mil?id=o-nvB-OvW-Q&hl=es_419&gl=US.

Poco más de medio año más tarde, el 22 de abril de 1975, José Ramón Morán González, natural de La Vecilla e inspector de policía en Guecho (Vizcaya) era asesinado por ETA mientras se dirigía a la comisaría a primera hora de la mañana. Dos terroristas lo sorprendieron por la espalda al salir de un coche robado y uno de ellos le disparó con una escopeta en dos ocasiones antes de darse a la fuga. José Ramón estaba casado y tenía una hija de tres años57. Al día siguiente, el alcalde de Guecho condenó el atentado perpetrado por quienes pretendían “alterar la paz, unidad y tranquilidad de la patria”58.

Alfredo García González, originario de Lago de Babia y policía, fue al año siguiente la tercera víctima leonesa de ETA. El atentado se produjo el 4 de septiembre de 1976 en Guipúzcoa y estuvo dirigido principalmente contra el presidente de la Diputación, Juan María de Araluce, que murió junto a Alfredo y las otras tres personas que conformaban la escolta policial. Además de los cinco fallecidos, diez transeúntes resultaron heridos. La hija de Juan María es la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo desde 2018 y afirma que su padre mostró siempre un gran rechazo a llevar escolta porque tratar de proteger de este modo su vida suponía un gran riesgo para la de otros59, como finalmente ocurrió.

Villarreal de Urrechua fue el 11 de noviembre de 1978 el escenario de un nuevo atentado que se cobró la vida de José Rodríguez de Lama y Lucio Revilla Alonso, guardias civiles. José era de León y tenía 31 años y dos hijos. Su viuda, María del Carmen Villar, estaba embarazada de más de ocho meses del tercero y se enteró por la radio de que su marido era una de las víctimas.

Los terroristas activaron a distancia una bomba escondida en un terraplén que, en realidad, estaba pensada para unos autocares que en el último momento desviaron su ruta60. En el atentado participaron al menos cinco miembros de ETA. En el funeral se cumplió la voluntad de José, que siempre se había opuesto a que le colocaran medallas sobre el féretro. Al conocer la noticia de la muerte, su viuda tuvo que ser ingresada y, tras el nacimiento del niño, llegó a sentir que no lo quería. Durante años, María del Carmen evitó contarles a sus hijos lo

57 “Víctimas del Terrorismo en la Policía Nacional España”, Policía Nacional, https://www.policia.es/_es/tupolicia_memorial_timeline_victimas.php.

58 S.a., “Vizcaya: subinspector de policía de Guecho, asesinado a 200 metros de la comisaría”, La gaceta del norte, 23 de abril de 1975.

59 Asociación Víctimas del Terrorismo, “Testimonio – Maite Araluce”, vídeo de YouTube, 11:30, publicado el 29 de junio de 2018, https://www.youtube.com/watch?v=DuwKU1Qrmcg.

60 Cristina Fanjul, “La dignidad de las víctimas: en la cárcel del olvido”, Diario de León, 12 de febrero de 2018, https://www.diariodeleon.es/leon/180212/80514/carcel-olvido.html.

que había ocurrido, tal vez para que no naciera en ellos el deseo de venganza, pero admite que ella sí sigue albergando odio61.

En el capítulo 5 de este trabajo se recoge una breve entrevista a ese tercer niño que no pudo conocer a su padre.

El 29 de julio de 1979 Dionisio Gonzalo Rey Amez, de Vega de Infanzones y policía jubilado, y su esposa Guadalupe Redondo Vian, de León, fueron víctimas de los atentados de Madrid llevados a cabo casi simultáneamente en el vestíbulo de llegadas nacionales de Barajas, en la estación de Chamartín y en la consigna de equipajes de Atocha, donde ambos murieron. En total, ocho personas perdieron la vida y hubo más de cien heridos. La repercusión de estos ataques terroristas fue muy notable porque entre los fallecidos se encontraba una turista alemana62. ETA daba así un paso más en la matanza indiscriminada y, de hecho, volvería a atentar en repetidas ocasiones contra focos turísticos o en períodos vacacionales.

Dámaso Sánchez Soto, natural de León y joyero en Durango, sería el siguiente. Dos encapuchados que salieron de un taxi robado le dispararon en presencia de su mujer y una de sus hijas63 el 24 de marzo de 1980. La familia declaró que no había sido amenazado antes64. El año de su asesinato fue el más mortífero de la historia de ETA, y tanto es así que Dámaso sólo sería el primero de los tres leoneses que perdieron la vida a manos de la banda en 1980.

A continuación Dionisio Villadangos Calvo, nacido en Villazala y policía nacional, era asesinado en San Sebastián el 15 de mayo por dos terroristas que irrumpieron en la cafetería Majusi en la que se encontraba uniformado. Otros dos compañeros fallecieron en ese mismo atentado, tras el que los asaltantes huyeron en un vehículo conducido por un tercer etarra65.

El 14 de noviembre del mismo año fue secuestrado y asesinado en Santurce el militante ponferradino de Alianza Popular Vicente Zorita Alonso, que estaba casado y tenía cuatro hijos. Poco después de su captura en el portal de su domicilio fue hallado muerto en una

61 Trece entre mil, dirigido por Iñaki Arteta.

62 Jerónimo Ríos Sierra et al., Las víctimas frente al terrorismo de ETA: narrativas, movilización y perspectiva comparada (Madrid: Dykinson, 2024), 160.

63 “Dámaso Sánchez Soto”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/damaso-sanchez-soto/.

64 S.a., “Joyero de Durango, muerto ayer en atentado”, La gaceta del norte, 25 de marzo de 1980.

65 Kepa Pérez, Homenaje a las víctimas del terrorismo de Donostia-San Sebastián, 1ª ed. (San Sebastián: ADDH, 2006), 40-41.

cuneta con siete tiros, de rodillas y con una bandera de España en la boca66. Su viuda, Rosario Zabala, recuerda que la amenaza en aquellos años era permanente y lamenta la soledad a la que se enfrentó tras el atentado cuando la sociedad vasca le dio la espalda67.

Esteban Álvarez Merayo, de Albares de la Ribera y policía nacional, fue la siguiente víctima leonesa de ETA y primera de El Bierzo. El atentado se produjo en Loyola el 5 de junio de 1981 cuando la banda atacó con explosivos a distancia seis furgonetas que regresaban al cuartel. Además de la muerte de Esteban, otros cuatro policías resultaron heridos. El joven tenía 33 años e iba a casarse y su asesinato sigue impune a día de hoy68.

Le siguió el teniente Magín Fernández Ferrero, natural de Villazala, que resultó muerto en el atentado de Baracaldo del 5 de julio de 1981 en el que tres etarras asaltaron el estanco de su mujer para dispararle por la espalda. Una vez en el suelo fue rematado con un tiro en la cabeza69. Tenía dos hijos. El gobernador civil de Vizcaya declaró en el funeral que ETA pretendía “imponer la ley del terror al pueblo vasco”70.

Imagen del escenario del atentado en León capital en 1995 que se cobró la vida del comandante de Artillería Luciano Cortizo Alonso

Menos de un año más tarde, el policía Agustín Martínez Pérez, de La Bañeza, era asesinado en Sestao (Vizcaya) junto a su novia y otro inspector. El 22 de marzo de 1982, mientras comían en el restaurante Rancho Chileno, tres etarras abrieron fuego contra ellos y otros dos policías que resultaron heridos. Cinco terroristas fueron condenados por los hechos al pago de indemnizaciones, además de penas de prisión de 120 años para Enrique Letona Viteri, Ángel Luis Hermosa Urra y Miguel Arrieta Llopis, 52 para Juan Carlos Echeandía Zorroza y 20 para Juan Ignacio Aldana Celaya71.

En 1979 ETA había tratado de secuestrar sin éxito al coronel retirado Daniel Enríquez García, de Magaz de Abajo. El 3 de junio de 1982 la banda consiguió darle muerte en Bilbao a la puerta de su casa, donde quedó el cuerpo tendido con más de diez tiros. Cuatro etarras le

66 “Vicente Zorita Alonso”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/vicente-zorita-alonso/.

67 Trece entre mil, dirigido por Iñaki Arteta.

68 Manuel C. Cachafeiro, “La justicia aún espera 40 años después”, Diario de León, 4 de julio de 2021, https://www.diariodeleon.es/bierzo/210704/348715/justicia-aun-espera-40-anos-despues.html.

69 J. R. Muguerza, “El teniente de artillería fue rematado en el suelo por sus asesinos”, ABC, 7 de julio de 1981.

70 Javier Angulo, Victorino Ruiz de Azua y José Aguilar, “Funerales en San Sebastián y Bilbao por las dos víctimas de los atentados del domingo”, El país, 7 de julio de 1981, https://elpais.com/diario/1981/07/07/espana/363304801_850215.html.

71 “Memoria de vida”, RTVE, https://www.rtve.es/memoriadevida/detalle.php?id=359.

dispararon y remataron una vez desplomado en lo que la UCD vasca calificó como una aberración que pretendía coaccionar al pueblo vasco72. Estaba casado y dejaba cinco hijos.

El siguiente leonés en caer a manos de la banda fue el guardia civil Juan Manuel García Mencía, guardia civil de Gordaliza del Pino asesinado en Irún el 29 de diciembre de 1982 mientras trabajaba en la estación ferroviaria. A primera hora de la mañana, varios etarras dispararon con metralletas contra él y otro compañero que también falleció y se dieron a la fuga73 tras un atentado que, como tantos otros, quedó impune.

Más adelante, el 18 de junio de 1984, ETA asesinaba en Ispáster (Vizcaya) al secretario del ayuntamiento, Manuel Vicente González Vilorio, originario de León y padre de seis hijos, para presionar en el conflicto que mantenían el PSOE y el PNV por el nombramiento de secretarios en los ayuntamientos74. Recibió hasta ocho tiros disparados por dos etarras que posteriormente escaparon en el coche que conducía un tercero. La víctima había recibido amenazas previas, por lo que el exministro Rodolfo Martín Villa le llegó a aconsejar que volviera a León75, pero Manuel no quiso separarse de su familia ni ceder al miedo que sembraba la banda.

Le seguiría el mismo año el comerciante leonés José María Martínez Martínez, que fallecía en Portugalete (Vizcaya) el 21 de septiembre de 1984 en lo que se entendió desde un inicio como un atentado etarra relacionado con el tráfico de drogas. La propia banda terrorista asumió al día siguiente la autoría del asesinato, que consistió en el ya tradicional tiro en la nuca, así como el abandono del cuerpo atado de pies y manos en un camino76.

El 14 de marzo de 1986, José Antonio Álvarez Díez, natural de Tremor de Arriba y policía, fallecía en San Sebastián al ser disparado dos veces por un etarra que resultó también muerto en el atentado, aunque los otros dos terroristas participantes en el mismo se dieron a la fuga

72 Patxo Unzueta, “Asesinado en Bilbao un coronel de infantería retirado”, El país, 4 de junio de 1982, https://elpais.com/diario/1982/06/04/espana/391989605_850215.html.

73 S.a., “Dos guardias civiles asesinados en la estación de Irún”, El diario vasco, 30 de diciembre de 1982.

74 “Memoria de vida”, RTVE, https://www.rtve.es/memoriadevida/detalle.php?id=451.

75 María José Grech, “ETA asesina al secretario del ayuntamiento de Ispáster y a un guardia civil”, Libertad Digital, 18 de junio de 2011,

https://www.libertaddigital.com/espana/in-memoriam/eta-asesina-al-secretario-del-ayuntamiento-de-ispaster-y-a

-un-guardia-civil-9831/.

76 Tonia Etxarri, “ETAm se declara autora del asesinato de un comerciante en Portugalete”, El país, 23 de septiembre de 1984, https://elpais.com/diario/1984/09/23/espana/464738403_850215.html.

en una lancha que los esperaba77. En el coche en el que los tres miembros del comando de ETA se escondían se hallaron más tarde diez kilos de dinamita en dos ollas a presión y otras armas78, dado que planeaban cometer un ataque de mayores dimensiones que fue truncado por la intervención de José Antonio.

Los grandes atentados colectivos de ETA también dejaron víctimas mortales leonesas. Fue el caso de José Ignacio Calvo Guerrero, procedente de La Pola de Gordón y guardia civil que fue asesinado en el terrible ataque de la Plaza de República Dominicana en Madrid del 14 de julio de 1986. En él perdieron la vida doce agentes al estallar un coche bomba al paso de un vehículo colectivo del cuerpo. El 14 de julio fue posteriormente declarado Día de la Memoria y Recuerdo de las Víctimas del Terrorismo de la Guardia Civil79.

Sin embargo, el mayor atentado de la historia de ETA fue el perpetrado en un Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987. Entre los 21 fallecidos, varios de ellos niños, se encuentra la leonesa Milagros Amez Franco, que tenía dos hijos y podría haber visto crecer a cuatro nietos. Su viudo afirmó que no ha podido perdonar a un grupo terrorista que no ha pedido perdón y que declaró en el juicio, entre otras cuestiones, que la bomba se colocó “porque les dio la gana”80.

El guardia civil leonés Federico Carro Jiménez también pereció a manos de ETA junto a otro compañero. El atentado se produjo en Guernica el 9 de septiembre de 1987 al explosionar un coche-bomba que la banda activó cuando la víctima se acercó para inspeccionarlo. La detonación fue tan potente que afectó al tendido eléctrico y llegó a cortar el suministro eléctrico de toda la población de Guernica81.

77 “José Antonio Álvarez Díez”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/jose-antonio-alvarez-diez/.

78 S.a., “Mueren en San Sebastián en un tiroteo un policía y un presunto miembro de ETA”, El correo español, 15 de marzo de 1986.

79 “El director general de la Guardia Civil preside en Vitoria el primer homenaje del Día de la Memoria y Recuerdo a las Víctimas del Terrorismo en la Guardia Civil”, Ministerio del Interior, 27 de julio de 2023, https://www.interior.gob.es/opencms/en/detail-pages/article/El-director-general-de-la-Guardia-Civil-preside-en- Vitoria-el-primer-homenaje-del-Dia-de-la-Memoria-y-Recuerdo-de-las-Victimas-del-Terrorismo-en-la-Guardia- Civil/.

80 M. Espanyol, “Yo no perdono, aunque ETA tampoco ha pedido perdón”, La razón, 19 de junio de 2017, https://www.larazon.es/espana/yo-no-perdono-aunque-eta-tampoco-ha-pedido-perdon-EB15413502/.

81 S.a., “Continúa la escalada de ETA con dos guardias civiles muertos por coche-bomba en Guernica”, La gaceta del norte, 10 de septiembre de 1987.

Un año después era asesinado en Izurza (Vizcaya) el inspector de policía Martín Martínez Velasco, de San Andrés de Montejos. Aquel 10 de septiembre de 1988 entró en el bar Ozaeta, donde dos etarras le dispararon por la espalda para después asesinar también a su compañero, que le esperaba en la calle en un coche camuflado. Martín tenía 33 años y acababa de casarse. Probablemente fue elegido como víctima meses antes por ETA al considerarlo un miembro destacado en la lucha antiterrorista82.

Cuatro leoneses murieron en atentados etarras en 1989. El primero fue José Calvo de la Hoz, de Joarilla de las Matas, guardia civil destinado en Santurce. El día 12 de abril recibió cuatro disparos en el interior de su vehículo cuando se disponía a cruzar la ría de Bilbao. Los tres terroristas huyeron en un coche previamente robado a punta de pistola. El Delegado del Gobierno del País Vasco, Julen Elgorriaga, declaró que se trataba de una muerte “injusta y brutal”83.

La siguiente víctima fue Gregorio Caño García, nacido en Villamañán, casado y con tres hijos. Según la propia banda reconoció pocos días después, el atentado del 29 de junio de 1989 iba dirigido en realidad contra el directivo Joaquín Aperribay, a quien el terrorista Francisco Javier Balerdi Ibarguren estaba esperando en el portal de su domicilio cuando Gregorio Caño, su chófer, se dirigió hacia él para evitar el asesinato. Recibió cinco disparos en un atentado que provocó que Aperribay abandonara por un tiempo el País Vasco. Este último era, por cierto, vicepresidente de la Real Sociedad y padre del actual presidente de un club que tradicionalmente ha evitado condenar el terrorismo de ETA84.

El 6 de octubre de 1989 era asesinado el policía nacional José Ángel Álvarez Suárez, de la localidad de Socil. Tenía 31 años y una hija de seis y se encontraba paseando por San Sebastián en su día libre cuando el etarra Francisco Javier Balerdi Ibarguren, recientemente mencionado, le disparó en la cabeza85. El asesinato causó una gran conmoción y el

82 “Martín Martínez Velasco”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/martin-martinez-velasco/.

83 Tonia Etxarri, “ETA comete su primer asesinato a los seis días de declarar abiertos “todos los frentes de lucha”, El país, 13 de abril de 1989, https://elpais.com/diario/1989/04/13/espana/608421606_850215.html.

84 María José Grech, “Gregorio Caño, chófer de Aperribay, empresario y directivo de la Real Sociedad”,

Libertad digital, 29 de junio de 2011,

https://www.libertaddigital.com/espana/in-memoriam/gregorio-cano-chofer-de-aperribay-empresario-y-directivo

-de-la-real-sociedad-9901/.

85 “José Ángel Álvarez Suárez”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/jose-angel-alvarez-suarez/.

ayuntamiento, “con la habitual excepción de Herri Batasuna”86, convocó para ese mismo día una manifestación en repulsa del terrorismo a la que asistieron más de 2.500 personas.

El siguiente sería Juan Ignacio Pérez Álvarez, originario de Villagatón de Cepeda y policía. El 30 de enero de 1990 murió en el acto al activarse a distancia la detonación de un kilo y medio de explosivos y tres de metralla87 ocultos en las alforjas de una bicicleta junto a su vehículo cuando se dirigía a su domicilio. Estaba casado y tenía tres hijos88. Fue la primera vez que la organización terrorista empleaba el recurso de la bicicleta-bomba, pero no sería la última. El atentado fue condenado por todos los grupos políticos excepto Herri Batasuna.

A finales del mismo año fue asesinado en Sabadell el policía Francisco Pérez Pérez, de Torre del Bierzo, que acababa de casarse. El 8 de diciembre de 1990 se dirigía con otros siete compañeros a las inmediaciones del estadio Nova Creu Alta cuando el etarra Juan Félix Erezuma hizo explosionar al paso de su vehículo colectivo treinta kilos de amonal y metralla que causaron la muerte de Francisco y cinco de sus compañeros y dejaron heridos graves a los otros dos. En el funeral conjunto, el arzobispo Ricard Maria Carles se dirigió a los asesinos: “¿No dice nada a vuestros corazones que ayer trece niños tuvieran padre y hoy no lo tengan?”89.

También fue asesinado a manos de ETA el leonés José Luis Luengos Martínez, trabajador de Telefónica, el 29 de septiembre del año 1992. Un terrorista le disparó en la nuca cuando se encontraba en su vehículo junto a la estación de tren de Rentería. Antes de morir, logró pronunciar: “¿por qué me han hecho esto a mí?”90. Su familia consideró que la víctima fue confundida con otra persona91.

Un año después fallecía a manos de la banda el guardia civil retirado Juvenal Villafañe García, de Mansilla de las Mulas, a los 78 años. El 16 de septiembre de 1993 en Andoain

86 S.a., “Asesinado un policía nacional en el centro de San Sebastián por un joven que le disparó en la cabeza”,

El correo español, 7 de septiembre de 1989.

87 S.a., “Asesinado un policía en Galdácano al estallar una bicicleta-bomba”, El correo español, 31 de enero de 1990.

88 “José Ignacio Pérez Álvarez”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/jose-ignacio-perez-alvarez/.

89 “Se cumplen treinta años del atentado a los Policías Nacionales de Sabadell”, Onda Cero Radio, 16 de noviembre de 2020,

https://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/especiales/cumplen-treinta-anos-atentado-policias-nacionales-s abadell_202011165fb24ac525ac4200014a7302.html.

90 “José Luis Luengos Martínez”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/jose-luis-luengos-martinez/.

91 S.a., “Asesinado en Rentería de un tiro en la nuca un trabajador de Telefónica”, El correo español, 30 de septiembre de 1992.

(Guipúzcoa) una bomba colocada bajo su vehículo estalló produciéndole la muerte. Era muy conocido en la localidad y dejaba viuda, tres hijas y un nieto92.

Máximo Casado Carrera, natural de Santa Elena de Jamuz, era asesinado en Nanclares de Oca el 22 de octubre del año 2000. La amenaza de ETA sobre los funcionarios de prisiones no era una novedad: sólo cuatro años antes se había producido el secuestro de José Antonio Ortega Lara, que había permanecido retenido más de 500 días. Aquel día, Máximo se encontraba en el garaje de su casa para coger el coche e ir a trabajar cuando una bomba lapa estalló bajo el vehículo produciéndole la muerte93. Dejaba viuda y dos hijos.

El último leonés asesinado por ETA sería Raúl Centeno, de Grulleros, guardia civil. El 1 de diciembre del año 2007 en Capbreton (Francia), él y su compañero Fernando Trapero se encontraban en su vehículo cuando unos etarras les dispararon a sangre fría. Para muchos, este fue el detonante del definitivo fin de la banda terrorista94, dado que los atentados habían adquirido tal grado de indiscriminación que desacreditaban enormemente los principios que supuestamente defendía el grupo.

92 “Memoria de vida”, RTVE, https://www.rtve.es/memoriadevida/detalle.php?id=741.

93 Lorena Gil, “Máximo Casado: 21 años del asesinato del funcionario de prisiones leonés”, León Noticias, 20 de octubre de 2021, https://www.leonoticias.com/leon/maximo-casado-anos-20211020105552-nt.html.

94 Óscar B. de Otálora, “Capbreton: dos jóvenes guardias civiles y un enfermo de odio”, El correo, 1 de diciembre de 2017, https://www.elcorreo.com/politica/capbreton-jovenes-guardias-20171201203600-nt.html.

4.  ATENTADOS DE ETA EN LA PROVINCIA DE LEÓN

A pesar de que representan un porcentaje muy escaso en relación al cómputo general, ETA también perpetró varios atentados en la provincia de León. Cabe mencionar antes de comenzar el que aconteció el 15 de mayo de 1979, dado que ha sido en ocasiones considerado obra etarra cuando realmente fue cometido por otro sector de terroristas de extrema izquierda. La víctima fue el guardia civil Emeterio de la Puente y ocho miembros de los GRAPO fueron juzgados por los hechos95.

En el verano de 1990, ETA llevó a cabo una campaña de atentados contra las instalaciones ferroviarias españolas96. León se vio afectada cuando el 14 de agosto de 1990, la banda dispuso un conjunto de explosivos en una vía de Renfe a la altura del puerto de Pajares. Dado que las autoridades estaban prevenidas e impidieron el uso del recorrido por precaución, la explosión de la bomba -de baja potencia, con unos tres kilos de explosivo, concretamente trilita- no produjo daños humanos. A pesar de ello, las fuerzas de seguridad no pudieron desactivar a tiempo el artefacto y el deterioro que ocasionó en las inmediaciones se estimó en un valor de aproximadamente medio millón de pesetas. Gran parte de los partidos políticos -a excepción de Herri Batasuna- “condenaron la actuación etarra subrayando su carácter indiscriminado”97.

Cinco años más tarde sucedió el atentado mortal que casi todo leonés recuerda aún a día de hoy. El 22 de diciembre de 1995, el comandante Luciano Cortizo Alonso fue objeto de un ataque de ETA en el cruce entre las calles Renueva y Ramón y Cajal de la ciudad de León. Dado su origen gallego, no ha sido mencionado previamente en el capítulo 3, aunque llevaba años destinado en el cuartel de El Ferral de Bernesga.

La víctima detuvo su coche -en el que también se encontraba su hija Beatriz, de 18 años- ante un semáforo en rojo sobre las 13:30 y una bomba lapa adosada a los bajos del vehículo estalló98. El comandante falleció en el acto y la joven resultó herida de gravedad. Además,

95 Carmen Ladrón de Guevara Pascual, Las víctimas del terrorismo de extrema izquierda en España: Del DRIL a los GRAPO (1960-2006) (Madrid: Almuzara, 2022), 162.

96 Óscar Estaire Cabañas, “La sangrienta huella de ETA en Castilla y León”, El español, 27 de agosto de 2022, https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/region/20220827/sangrienta-huella-eta-castilla-leon/690431272_0.ht ml.

97 S.a., “ETA inicia los atentados ferroviarios con una bomba de escasa potencia entre León y Asturias”, El País, 15 de agosto de 1990, https://elpais.com/diario/1990/08/15/espana/650671201_850215.html.

98 “Luciano Cortizo Alonso”, COVITE, https://mapadelterror.com/victims/luciano-cortizo-alonso/.

tres viandantes de 56, 25 y 16 años también resultaron afectados y debieron ser trasladados al hospital. Sin embargo, la tragedia pudo haber sido mucho mayor, pues en la zona se encuentran dos centros escolares y muchos jóvenes acababan de comenzar en ese momento sus vacaciones de Navidad99. Los etarras huyeron en un coche que habían robado previamente en Madrid100 y la banda terrorista reivindicó el atentado.

El etarra Sergio Polo fue condenado a más de 200 años por este y otros hechos, pero la máxima responsabilidad fue atribuida a la entonces dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, “Anboto”, como autora intelectual del atentado y culpable de otros delitos. Además de la pena de prisión, debió abonar una indemnización de más de 9.000 euros por los gastos que ocasionó a la Junta de Castilla y León101.

Para finalizar, el 6 de diciembre de 2004, día de la Constitución, ETA colocó varias bombas que debían estallar simultáneamente a las 13:30 en Ávila, León, Valladolid, Ciudad Real, Santillana del Mar, Alicante y Málaga. A pesar de que no hubo muertos, los daños materiales fueron considerables, pero sobre todo la conmoción de la población española ante una violencia indiscriminada que parecía no tener fin. La banda cumplía 45 años en los que había sembrado el terror y daba la impresión de que las intenciones de viraje hacia la vía pacífica estaban lejos.

Este último atentado en León tuvo lugar en la cafetería Lleras102, en la plaza de la Pícara a la altura de la calle Burgo Nuevo, 38. Las autoridades fueron avisadas por la banda y pudieron desalojar y revisar las proximidades, aunque no evitar la explosión. Para muchos, estos últimos estertores de ETA demostraban su acorralamiento político y el agotamiento de sus recursos en un contexto en el que la oposición era, sin duda, cada vez mayor.

99 Fernando Pérez, “Nueva salvajada de ETA contra la familia de un militar: un comandante asesinado y su hija a punto de perder las piernas”, ABC, 23 de diciembre de 1995.

100 S.a., “ETA asesina a un comandante y hiere a su hija con una bomba-lapa en León”, El Mundo, 23 de diciembre de 1995.

101 “La etarra que ordenó cometer el atentado mortal en León en diciembre de 1995 deberá indemnizar a la Junta por los gastos de asistencia sanitaria que ocasionó”, Junta de Castilla y León, https://comunicacion.jcyl.es/web/jcyl/Comunicacion/es/Plantilla100Detalle/1284877983892/NotaPrensa/128502 6489895/Comunicacion.

102 Juan F. Pérez Chencho, “Bomba en Lleras 38”, El diario de León, 7 de diciembre de 2004, https://www.diariodeleon.es/opinion/tribunas/41207/89481/bomba-lleras-38.html.

5.  ENTREVISTA A JOSÉ RODRÍGUEZ VILLAR, HIJO DE UNA VÍCTIMA DE ETA

El 11 de noviembre de 1978, María del Carmen Villar, leonesa, madre de dos hijos y embarazada de más de ocho meses del tercero, escuchó en la radio que su marido, José Rodríguez de Lama, guardia civil, había sido asesinado por ETA mientras se encontraba de servicio en el País Vasco. Hoy, en 2024, se lleva a cabo esta entrevista a aquel niño que nació cinco días después del atentado, José, y que no pudo conocer a su padre103.

La conversación se ha estructurado en dos partes: un discurso libre del entrevistado seguido de uno pautado por cuestiones concretas. Los detalles sobre el procedimiento pueden consultarse en el capítulo Metodología y objetivos. Se expone a continuación el testimonio de José Rodríguez Villar:

“En ese momento casi era un delito morir asesinado, mi madre no pudo decir en el funeral que ETA lo había matado, fue una época dificilísima. Yo aquello no lo viví, claro, pero fui un niño que creció sin padre. Tuve la gran suerte de tener un abuelo que se ocupó de mí, de mis dos hermanos y de mi madre, que sólo tenía 28 años.

Fue un coche bomba en Guipúzcoa, a día de hoy no he leído la sentencia ni la voy a leer, está en un cajón en casa de mi madre. No quiero saber quién fue ni qué ha sido de ellos, me imagino que estarán en la calle como tú y yo…

Sé que mi madre estuvo dos años con antidepresivos, no levantaba cabeza, se enteró por la radio de que mi padre había sido asesinado. Mi abuelo decidió poner punto y seguido a todo esto, no consintió que colocaran medallas en el féretro y enterró banderas, trajes y demás enseres para terminar con esta historia porque en aquel momento era mejor así. Tenía que defender a tres niños pequeños y a una viuda de 28 años que no tenía nada. Tres o cuatro años después pudo coger las riendas de su vida, había hecho Magisterio y decidió ponerse a trabajar. Cuando murió mi padre ella estaba destrozada porque estaba muy enamorada de él, en el tanatorio varias personas le habían ofrecido dar clases donde quisiera, pero cuando tuvo fuerzas años después para llamar a esas puertas ya nadie se acordaba de nada. Tuvo que buscarse la vida para sacar a sus hijos adelante.

Ahora no se sabe nada, pero en aquel momento los atentados eran continuos, ETA estaba todo

103 La conversación tuvo lugar el día 13 de junio de 2024 en León ciudad.

el día en la televisión. En mi casa se apagaba, mi abuelo prefería no verlo, yo me enteré con ocho años de que mi padre había sido asesinado. Ha sido un tema tabú durante mucho tiempo.”

+ José, llevas el nombre de tu padre. ¿Hasta qué punto está su figura presente en vuestra familia a día de hoy?

–     Siempre, es algo que nunca se va.

En este punto de la entrevista pasó casualmente por el lugar donde se estaba llevando a cabo Rosa, tía de José, que vivió el suceso en primera persona y se ofreció a dar también un breve testimonio:

“Yo sí estuve ahí en todo momento, fue horrible. Sé que era un sábado. Mi marido, que era hermano de su mamá [de José], y yo vivíamos en Pola de Gordón, nos avisaron y rápidamente vinimos a León. Lo que nos encontramos fue un drama: su madre esperando para dar a luz, el ginecólogo en casa por lo que pudiera pasar, la policía también allí… Fue muy duro. Cuando nació José yo me hice cargo de él. El nombre se lo puso su mamá por su padre. Entonces ella estaba como un vegetal y a día de hoy me guardo cosas tremendas que dijo y que pasaron que no quiero contar delante de su hijo.

La policía se portó muy bien, les traían cantidad de regalos a los niños. Fue muy duro para todos, fuimos tirando para delante como pudimos y gracias a Dios hemos seguido. Nadie sabe lo que yo quiero a José, para mí ha sido un hijo más.”

Prosiguió entonces la entrevista pautada con José Rodríguez:

+ Muchas de las víctimas de ETA sufrieron amenazas y convivieron con el miedo antes de ser asesinadas. ¿Sabes si fue el caso de tu padre? ¿En algún momento en tu familia se pensó que aquello podía pasar o es algo que nunca se imaginó?

  • Mi padre pertenecía a un comando antiterrorista, los guardias civiles de aquella no tenían miedo a nada, pero sí sabía que corría peligro, estaba en el medio del fuego, por eso cuando mi madre estaba embarazada de cinco o seis meses la trajo a León. Aun así en mi casa nunca se esperó una noticia así, fue una sorpresa totalmente.

+ Tu madre ha afirmado en entrevistas anteriores que, a pesar de que el atentado se produjo en el País Vasco, de allí nunca recibió nada, ni siquiera el pésame.

¿Has tenido tú también ese sentimiento de abandono y de olvido hacia las víctimas durante estos años, bien por parte de las autoridades o de la sociedad en general?

  • La policía nacional y la guardia civil siempre se portaron muy bien con nosotros. Cada Navidad éramos los niños con los mejores regalos de León, coches teledirigidos hace 40 años, invitaciones a todas sus fiestas… Pero del País Vasco nunca supimos nada, para mí siempre fue tema tabú. De hecho, mi hermano tuvo que irse a trabajar a Bilbao y yo, que nunca había estado, me llevé una sorpresa enorme cuando mi madre y yo fuimos a verle y allí nadie hablaba en vasco. La gente era muy agradable y atenta y el ambiente general no se correspondía con ese otro proetarra que había en zonas concretas.

+ La responsabilidad con la memoria de las víctimas es en realidad de todos, pero se necesita actuación institucional para una labor tan importante. Parte de los jóvenes de hoy en día no saben qué fue ETA ni lo que supuso durante casi 50 años en este país. ¿Quiénes son responsables de este problema?

  • Es un problema de todo el país, de los políticos que lo blanquean, de los que utilizan a las víctimas de la AVT… Debería hablarse más de ETA en los colegios, esto también es por desgracia historia de España. Fingir que no pasó es ignorar el sufrimiento de quienes lo vivieron.

+ Mientras las familias lucháis por mantener vivo el recuerdo de las víctimas, a día de hoy sigue habiendo representantes políticos de la izquierda abertzale que se niegan a condenar las actuaciones de la banda como terrorismo, así como ex integrantes de la misma que aún no han mostrado su arrepentimiento. ¿Cómo afecta esto a quienes sufrieron la violencia de ETA?

  • Ver proetarras en las bancadas del gobierno produce un gran vacío. Los pactos con Bildu demuestran que nos hemos olvidado de qué era realmente ETA, que no sólo mataba a guardias civiles, sino incluso a niños inocentes. Es una vergüenza que los asesinos de mi padre, por ejemplo, puedan presentarse en listas a unas elecciones.

+ Muchas víctimas coinciden en afirmar que no existe compensación posible ante una pérdida así, pero que el hecho de que se haga justicia minimiza el dolor. ¿Es un consuelo que los terroristas cumplan íntegramente sus condenas en prisión o resulta irrelevante una vez el daño ha sido causado?

  • Es un consuelo, por supuesto. Yo nunca perdonaré a esa gente.

+ A día de hoy hay 379 casos de ETA sin resolver, 379 familias sin respuesta. A pesar de que el de tu padre no es uno de ellos, en 2018 tu madre y tú afirmasteis en una entrevista104 que nunca habíais querido conocer las sentencias ni qué había sido de los terroristas. ¿Sigues manteniendo esa posición o te gustaría saber cómo actuó la justicia tras el atentado?

  • Sí, sí, me mantengo. No me interesa en absoluto. No creo que ni yo ni mis hermanos abramos nunca el cajón donde está guardada la sentencia.

La información que se ofrece a continuación no formó parte de la entrevista, dado que José prefirió no conocerla. Sin embargo, se presenta en el trabajo respondiendo al deber del historiador de ofrecer un relato completo y veraz.

El crimen de Villarreal de Urrechu fue atribuido a cinco integrantes de ETA. José María Zaldúa Corta, alias Aitona, falleció de un infarto en 2010 sin haber respondido ante la justicia, mientras que Ramón Oñaederra, alias Katu, fue asesinado por los GAL en 1983. Mercedes Galdós Arsuaga, alias Bitxori, fue condenada a 764 años de prisión por su participación probada en diecisiete asesinatos. En realidad, se enfrentaba a un máximo de 30, según el Código Penal vigente, pero terminó saliendo de prisión tras cumplir sólo 18 años de cárcel por haber estudiado psicología durante su internamiento, así como por haber realizado labores de auxiliar de limpieza, haber practicado aeróbic y fútbol sala y por haber seguido un curso de mecanografía.

Por su parte, Félix Ramón Gil Ostoaga, alias Zaldi, que cumplió 13 años en prisión por la comisión de seis asesinatos, entre ellos los dos del atentado de Villarreal de Urrechu, se suicidó poco después de salir en libertad. Su familia culpó al “linchamiento público” que sufrió. Otro de los terroristas, Juan Manuel Bereciartúa Echaniz, alias Pakea, huyó a Venezuela en los ochenta, se casó y abrió un restaurante.

104 https://www.diariodeleon.es/leon/180212/80514/carcel-olvido.html

En definitiva, de los cinco participantes en el atentado sólo dos cumplieron penas penitenciarias, siendo éstas de 18 y 13 años por la comisión de diecisiete y seis asesinatos, respectivamente.

Sigue a continuación el final de la entrevista:

+ La manera en la que cada persona convive con el recuerdo y con el dolor es diferente. Tu madre ha afirmado en entrevistas previas que sigue sintiendo odio y que no comprende cómo se puede perdonar algo así. En cambio, otros en situaciones similares dicen haberlo hecho, y tanto es así que algunos familiares de víctimas de ETA han llegado a reunirse cara a cara con los asesinos de sus seres queridos en “encuentros restaurativos”, inicialmente a través de lo que se llamó la Vía Nanclares. ¿Cuál es tu posición en este sentido? ¿Qué sientes tú hacia quienes atentaron contra tu padre hace más de cuarenta años?

  • Yo no creo en la reinserción, considero que quienes atentaron contra la vida de otros no tendrían que salir de prisión y como reclusos no deberían poder optar a tantos beneficios. Teniendo en cuenta sus crímenes, en dos días, como quien dice, están libres. Yo tengo la suerte de vivir aquí en León, pero habrá víctimas que puedan cruzarse por la calle con los asesinos de sus familiares. Eso no se puede permitir.

+ Para terminar, José. Iñaki Arteta recogió tu testimonio en el libro Olvidados, donde se puede leer que afirmaste que la muerte de tu padre en casa siempre fue tabú, que tardaste años en enterarte de cómo había sucedido. Ahora que eres padre, ¿cómo has abordado el tema con tu hijo?

  • Creo que con Iñaki fue la primera vez que oí a mi madre hablar detalladamente de lo que pasó, lloré muchísimo en aquellas entrevistas, fueron muchos años de silencio para tratar de pasar página. Hoy la cosa ha cambiado, lo que no se hace desde arriba hay que hacerlo desde la familia. Yo siempre le he contado a Miguel lo que sé y lo poco que él me ha preguntado. Es difícil que con 16 años tengan interés por lo que no han vivido y de lo que casi ni se habla, pero en mi casa ya no es tabú algo que todo el mundo debería saber.

CONCLUSIONES

En primer lugar, la observación de los acontecimientos históricos narrados y del contexto sociopolítico actual ponen de relieve la importancia de la educación para prevenir la radicalización. “El conocimiento histórico riguroso es una vacuna contra la propaganda”105, y es que sólo una mentalidad crítica y formada podrá hacer frente -especialmente en el actual contexto de la desinformación inmediata generalizada- a un relato parcial o falseado. De ello se extrae además la relevancia del contraste de fuentes para obtener la visión más amplia y objetiva posible.

Además, haber hecho hincapié en las víctimas leonesas permite conocer, al menos someramente, lo que ocurrió más cerca de nosotros. Con toda seguridad, muchos leoneses conocen el atentado de Carrero Blanco, mientras quizá desconozcan el ocurrido en la Cafetería Lleras. La historia local debe ser reivindicada y difundida por los investigadores locales, evitando que estos hechos tradicionalmente ignorados caigan en el olvido, pues son los que han ido conformando nuestra identidad con el paso del tiempo.

Resulta importante también adquirir conciencia de la parte humana de la historia, de las consecuencias emocionales del terrorismo, de las vidas que cambiaron para siempre: lo enamorada que estaba Carmen al enviudar de José, aquel niño que creció sin padre, las familias que emigraron a causa del miedo… En realidad, la historia está compuesta por las experiencias vitales de todas las personas que sintieron y sienten y así lo debe reflejar un relato comprometido que busque plasmar cómo impactaron realmente los acontecimientos en quienes los vivieron.

Se debe destacar también la necesidad de proporcionar respuesta a las familias cuyos seres queridos fueron asesinados por terroristas aún sin nombre ni condena. La justicia es el único consuelo posible para quienes fueron víctimas de la violencia y continúan aún a día de hoy esperando el fin del olvido. En este sentido, la investigación histórica y la memoria son esenciales para mantener vivo el recuerdo de quienes ya no tienen voz, y el historiador debe comprometerse a proporcionar un testimonio veraz que permita conocer los errores del pasado para que nunca más se vuelvan a cometer.

105 Fernández Soldevilla, “Se ha reescrito…”.

FUENTES

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Orales

Testimonios de José Rodríguez Villar y Rosa María Barrallo Mayo en la entrevista oral recogida en el apartado 5 que tuvo lugar en León el día 13 de junio de 2024.

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https://www.primevideo.com/-/es/detail/Yoyes/0LCTQLO5WNOXJ3VCF2SCI9CK6 F.

ANEXOS

Fig. 1. Mapa de Euskal Herria, territorio reivindicado por ETA

En azul las zonas integrantes de Hegoalde, en rojo las de Iparralde. // Fuente: elaboración propia

Fig. 2. “Mapa del terror” de León provincia según la procedencia de las víctimas

Con dos fallecidos, Villazala; con ocho, León.

Fuente: elaboración propia. Inspirado en el “mapa del terror” del COVITE, accesible en su página web

(*) Nota final de la SCEC: las imágenes que ilustran todo el texto son aportación de la Sociedad Científica Española de Criminología